Me enfrento a mi primera entrada de blog, al folio en blanco que tantas dudas plantea sea cual sea el ámbito en el que nos situemos. La hoja que has de rellenar en un examen, las páginas de un diario, una partitura musical... siempre cuesta encontrar la inspiración adecuada en el momento preciso.
Para salir del paso se me ocurre tirar de mi día a día personal: estoy dejando de fumar (por 4815162342-ésima vez) con no demasiado acierto, este finde curro muchísimo y no voy a poder salir, estoy harto de tirar horas con el PFC en vano... pero no! Me prometí que intentaría hacer el blog lo más interesante posible, y desde luego esa no parece la mejor opción (aunque al final os cuelo con calzador como ha discurrido mi semana ^^).
Así que olvido mis aburridas hazañas de los últimos días, y de nuevo vuelta al principio: el odioso folio en blanco. Lo pruebo todo: pienso en plagiar la última entrada de algún blog regulero, me doy una vuelta por los diarios en busca de alguna noticia “bomba” e incluso silbo una improvisada y cutre melodía esperando la visita de alguna de esas musas que parecen existir. Pero nada me convence. Y entonces ocurre: la magia de la coincidencia.
Nunca he sido muy amigo de todo esto del karma, las señales divinas, el destino y pamplinas semejantes. Siempre suelo achacarlo a las meras casualidades, fruto del azar y la cantidad de cosas y situaciones que manejamos en el día a día. Cuando dos hechos ocurren y parecen estar relacionados de algún modo, enseguida se tiende a pensar en algo sobrenatural o más alla de lo meramente humano, científico o accidental. Intentaré ilustrarlo con el primer ejemplo que se me viene a la cabeza:
Un pueblo gallego ha sido duramente atacado por las inundaciones en la típica época de lluvias torrenciales. Llega el sorteo de Navidad, y parte de uno de los premios recae en la susodicha localidad. A la gente que habla en las TV y Radio se les llena la boca con la frase: “esto ha sido la recompensa por lo mal que lo hemos pasado, Dios aprieta pero no ahoga..”.
Y una mierda. A la mayoría nos aprieta hasta que se nos queda la cabeza morada. ¿Cuántos pueblos habrán sufrido inundaciones en un año? Y por favor, estamos hablando del Gordo de Navidad, que toca hasta al que no lo compra.
Parece que este tipo de situaciones encantan al ser humano, y ante lo que se sale de lo común, sentimos la necesidad irremediable de apelar a lo divino o sobrehumano, para de algún modo encontrarle una explicación. En mi opinión, más bien se trata de algo simplemente estadístico o azaroso. Se dan tantas variables a nuestro alrededor, y las analizamos de tan diversas formas, que es inevitable y absolutamente lógico toparnos con casos de esta índole.
Como este ejemplo (se que podría haber encontrado alguno más ilustrativo, ¡malditas musas!) se me han ocurrido desde hace tiempo muchos otros más; y es que este tema es algo que me viene mucho a la cabeza y sobre el que ya he reflexionado más de una vez. Con lo que se puede afirmar que soy enemigo de este tipo de pensamientos. Volvamos pues a esa magia de las coincidencias que mencioné hace unas líneas (ya demasiadas, esto se me va de las manos).
Resulta que andaba dándole vueltas a como empezar la entrada de hoy, y de fondo sonaba un tracklist en mi reproductor multimedia, en el que la batuta de la orquesta la llevaba el modo Random. Termina un tema de Deicide, y tras un suspiro de desesperación por mi parte, comienza un tema que hace que mi mente deje de oir los temas en “lobotomy-mode-on”. Suena 'Wither', de mis amados y venerados Dream Theater. Haciendo memoria, recuerdo la temática que abordan las letras que John Petrucci plasmó, como siempre, de manera magistral. Wither aborda los difíciles momentos en los que un artista/escritor/músico se bloquea y pierde la capacidad o habilidad de producir en su trabajo, de encontrar las palabras y las notas precisas.
En esos momentos, ese pensamiento primario y “tan humano” del que antes hablaba, de repente se apodera de mí, y por unos instantes caigo en su tramposo juego. Hacía semanas que no oía esa canción, y el modo aleatorio de reproducción no se si será la tercera o cuarta vez que lo uso en toda mi vida, ya que soy muy maniático con respecto a respetar el orden en el que se graban los temas de un álbum y así considero que hay que escucharlo. Y además, pocas veces me siento yo a dar rienda suelta a mis pensamientos o inquietudes. Conclusión: demasiadas coincidencias, ¿no?
Para más INRI, a los pocos minutos entro en rafabasa.com (por tercera o cuarta vez en el dia) y reparo en que entre las últimas noticias señalan el lanzamiento de un nuevo vídeo de DT: Wither! Venga, ya me empieza a mosquear todo esto.
Pero ya en frío, retomo mis ideales, me cargo mis principios a la espalda y me reafirmo en mi opinión: los hechos, la probabilidad y el azar en ocasiones se alinean, del mismo modo que lo hacen los cuerpos del sistema solar, y nos ofrecen estas coincidencias tan deliciosas. Pero no es más que eso, puro azar en el que reparamos por absoluta casualidad. Aún así, no deja de ser grato y producirnos una sensación de haber encontrado una especie de tesoro, esos pequeños detalles que nos da la vida y que hacen que todo esto sea más entretenido. Haber contemplado esta especie de “eclipse” estadístico me ha servido para completar mi entrada de hoy; la inspiración que buscaba a prori no ha venido, pero al menos una curiosa coincidencia ha hecho saltar la chispa. Cierto es que una vez escrito y revisado no resulta tan impactante, pero el vivirlo en directo ha sido fascinante.
Vuelvo a estar tentado de echarme atrás. No ha sido más que una mera casualidad, debería borrarlo todo y empezar dignamente de nuevo. Pero que coño, llevo muchas líneas escribiendo. Las musas siguen sin entrar por mi ventana, la voy a cerrar ya que me estoy quedando helao. Y además, que iluso, es jueves en Salamanca, hasta las jodidas musas andarán como unos títeres. Aparte de mí y otros cuatro freaks, el resto de la ciudad anda de barra libre.
Saludos y gracias por leer.
5 comentarios:
Magnífica primera entrada del blog. Curiosamente, antes de visitarlo había leído la noticia del estreno del videoclip de Wither... no me había parado a verlo, pero sin embargo seguía en mi mente, y posteriormente procedí a visitar tu blog... situación muy acorde con tus vivencias descritas en esta primera entrada. Como bien dices, anécdotas que endulzan nuestra vida.
Esto de las coincidencias es un poco el efecto Flashforward, somos muchos pero no tantos y lo queramos o no siempre existirá una conexión entre las personas y lo que hacen, por muy remoto que parezca.
A veces la casualidades dan asco y a veces son un regalo. Si tienen que ver con DT suelen ser un gustazo y más con un video con el que me siento ahora tan identificada (digamos que he perdido la musa para estudiar y me tiro todo el día viajando de aquí para allá como hacen ellos, aunque sin ser una puta crack xD).
Ardo en deseos por ver tu siguente entrega.
Si quieres vuelvo a comentarte todo lo que creo acerca de coincidencias demasiado coincidentes xD
Un saludo Victor.
Vaya Susperia y Salva, parece que vosotros también os habeis cruzado en un momento especial (en cierto modo)con este tema! Gracias por leer, espero que sigais comentando!
MDLD, creo que ha sido suficiente ;D
Debíamos hacer un post a pachas, o un libro ya de puestos...
Yo opino humildemente que, más que coincidencias, han sido actos de caridad de nuestro gran señor, EL DEMONIO... xd Nah, fuera de broma, una entrada interesante para el que parece ser un nuevo mundo. Igual algún día me animo y hago uno, aunque no soy muy ducho en el arte de la escritura.
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